La ADA define una discapacidad como un impedimento físico o mental que substancialmente limita una o más de las actividades fundamentales de la vida diaria como caminar, hablar, ver, escuchar, o el cuidado de uno mismo. La ley también prohíbe la discriminación contra individuos que tengan antecedentes de tal impedimento, como pacientes de cáncer que estén en remisión y aquellos considerados por otros de tener una limitación, como los individuos con cicatrices severas en la cara.